Título: Hereditary; El legado del Diablo – Dirección: Ari
Aster – Producción: Kevin Frakes Lars, Knudsen Buddy Patrick – Guion: Ari Aster
– Música: Colin Stetson – Fotografía: Pawel Pogorzelski – Montaje: Jennifer
Lame, Lucian Johnston – País: Estados Unidos – Año: 2018 – Género: Terror
sobrenatural – Duración: 127 min – Reparto: Toni Collette, Alex Wolff, Milly
Shapiro, Ann Dowd, Gabriel Byrne
La película narra la historia de una peculiar familia durante el duelo de la perdida de abuela materna. Al pasar los días sucederán extraños hechos que serán vinculados con el pasado espiritualista de esta mujer y como estos antiguos males serán heredados hacia su nieta, de la misma manera podremos observar como cada integrante ira superando las difíciles situaciones de diferentes maneras.
Hereditary me dejó la vara de expectativa muy alta para
compararla con futuras películas del mismo género. Si uno está buscando los típicos
largometrajes repletos de screamers que nos encontramos habitualmente hoy en día
le recomendaría otra producción. En Hereditary se irá construyendo la trama
lentamente a través de la muerte de la abuela de la familia, a partir de este
momento será el primer punto en el que podremos observar la superficie de las
conductas de cada uno de los miembros de la familia.
Dicha producción explota estas características de los
personajes hasta llegar al punto de quiebre de cada uno de ellos. Es justamente
todo el recorrido en el que veremos como la mentalidad de cada integrante de la
familia se desmorona poco a poco hasta llegar a un lugar sin retorno, sumado a
la gran atmosfera que supieron crear alrededor de toda la película, lo que nos
mantendrá al borde de nuestro asiento y que, cuando pensamos que Hereditary había
llegado a su potencial final, subirá aún más su nivel en la recta final.
Mientras iba transcurriendo la película no pude evitar recordar
las intenciones del director de Rosemary's Baby (Roman Polanski) que en todo
momento intentó ocultar la imagen del bebe para darle poder a la imaginación
del espectador y, de la misma manera, hacer que el miedo llegue de una forma personalizada
a la que cada uno generaría la imagen más terrorífica para sí mismo. Creo que
esto es lo que realmente se logra conseguir en Hereditary, siempre contando con
el apoyo de cada una de las escenas que, en cada momento, nos darán la intriga
de querer saber que hay más adelante o en la siguiente habitación.
Si bien el largometraje tiene excelentes escenas gore o de
alta tensión, lo que quise decir en el párrafo anterior es que no siempre hace
falta recurrir a mostrar al monstruo o al antagonista de turno para generar un
susto y mucho peor es cuando el mal manejo de esto y su reiteración pueden
generar una monotonía y de alguna manera hacer perder peso a la apariencia de
la bestia. Como últimas palabras, me parece que Hereditary es altamente
recomendada y que a corto o largo plazo se convertirá en un clásico de las películas
de terror o de culto dentro del género.
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