Título: Los ojos sin rostro/ Les yeux sans visage – Guion: Claude
Sautet, Pierre Boileau, Thomas Narcejac, Pierre Gascar – País: Francia/Italia –
Año: 1960 – Género: Terror – Duración: 90 minutos – Reparto: Pierre Brasseur, Edith
Scob, Alida Valli, François Guérin, Juliette Mayniel, Alexandre Rignault, Béatrice
Altariba.
La película italo francesa fue una producción adelantada para su época, ya que a causa de alguna de sus sangrientas escenas, el filme mantuvo críticas mediocres. La historia se centrará en un cirujano que hará todo lo posible para que su hija recupere su belleza tras un accidente que dejó su cara desfigurada.
El marco de “Les yeux sans visage” trascurrirá en el Paris
contemporáneo de los finales de la década de los 50´s y los tempranos 60´s,
donde ha ocurrido un hilo de desapariciones con ciertas características en
común. Dichas búsquedas serán causadas por el Doctor Génessier y su pareja,
quienes se las ingeniaran para secuestrar a diferentes jóvenes, con una
apariencia similar a la que supo tener su hija, que serán sometidas a
diferentes operaciones en las que el doctor tratará de realizar un trasplante
de piel para darle un nuevo rostro a su primogénita.
El largometraje girará en torno al rastro de desapariciones
en donde se irán desarrollando los diferentes personajes que la componen. Por
un lado observaremos al brillante doctor que hará todo lo posible para tener
éxito en su intento de trasplantar la piel humana en otra persona para así
poder reparar el daño que él mismo cometió a su familia en un accidente automovilístico.
Para completar su objetivo, Génessier cometerá hasta los más horrorosos crímenes,
como la experimentación con animales, el fingir la muerte de su propia hija,
mutilar a jóvenes mujeres e interferir en las investigaciones policiales. Todo
esto será a causa de su egocéntrica ceguera, la cual no le permitirá darse
cuenta de sus acciones, del límite de su conocimiento y de los verdaderos deseos
de su hija, ni del dolor psicológico que esta sufre tras cada uno de los
diferentes intentos de implantes. Por otro lado podremos ver el desarrollo de Christiane Génessier, la muchacha sin rostro, que es quizás la parte más poética de la película,
que tras fingir su muerte, es un alma en pena encerrada en una gigante mansión
con la intención de ocultarla del resto de la comunidad hasta que el
tratamiento sea completado. Ella fue la parte más afectada del accidente, ya
que perdió todo su rostro y sólo le quedaron sus bellos ojos. Este personaje
presenta un trastorno de identidad, ya que cada nueva piel que se ponga no se
reconoce, sólo ve frente al espejo a alguien parecida a lo que ella era, pero
no se encuentra en estas nuevas caras, ni en la perturbadora máscara que la
obligan a usar cada vez que sus nuevas pieles fallan. Christiane Génessier no encuentra la paz,
ella está entre los restos de su vieja vida a la que extraña y una
completamente nueva a la que no quiere afrontar, ella sólo quiere terminar con
su sufrimiento de una vez.
"Cuando me veo en el espejo siento que estoy mirando a alguien que se parece a mí, pero que proviene de más allá"
Christiane Génessier
La trama de la película transcurre sencillamente, pero de
una manera efectiva en la que poco a poco iremos conociendo los verdaderos
sucesos que se esconden de tras de la desaparición de Christiane Génessier y su entierro, como así,
la maldad que esconde Génessier en su falsa identidad de un médico ejemplar,
cuando al fin y al cabo termina siendo él quien oculta su ser de en el fondo de
una máscara y no su hija. Por momentos, algunas escenas me resultaron un poco
lentas y quizás esto se deba a una diferencia temporal al respecto de la película
ya que, en la actualidad, estamos más acostumbrados a una transición más rápida
entre las partes de la trama. Despues de esto no hay mucho que reprocharle a la
película, no sé cómo explicarlo, pero por momentos, Les yeux sans visage, me
generó una cierta sensación de paz. La película, a pesar de su oscura propuesta,
termina siendo una producción muy bella desde una perspectiva tanto estética como
literaria, en el sentido de sus diálogos.
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